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Interrupción de las cadenas de suministro globales: actuar y anticiparse a los retos futuros

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Empresas de todo el mundo sintieron en los últimos años el impacto del COVID-19, los conflictos geopolíticos, los retrasos y la inflación. Para llevar a cabo su actividad con normalidad, tuvieron que hacer frente a estos factores y encontrar la manera de adaptar sus operaciones, especialmente en lo que respecta al comercio y la distribución. Así, en nuestra economía interconectada, la cadena de suministro mundial se vio considerablemente afectada por estos acontecimientos imprevisibles.

COVID-19

No era de extrañar visitar un comercio y encontrar estanterías vacías como consecuencia del COVID-19. Parte de la población global se encerró en casa; escuelas y comercios cerraron sus puertas y todo esto supuso un gran cambio en los hábitos de consumo.

El consumo de servicios (viajes, hostelería…) dejó paso al de bienes. Se disparó la demanda de aparatos electrónicos para comunicarse, el uso de contenido multimedia aumentó y la compra de equipamientos para hacer deporte en casa estaba a la orden del día.

Estos ‘lockdowns’ tuvieron consecuencias en uno de los principales fabricantes de bienes de consumo del mundo, China. El crecimiento de su PIB se redujo al 2,2% en 2020 desde el 6,1% en 2019. Este problema se ha repetido en 2022 con la política de COVID cero del gobierno chino, se estima que en 2022 el país crecerá alrededor del 3% frente al 8% en 2021.

Conflictos geopolíticos

A principios de 2020 el Reino Unido abandonaba definitivamente la Unión Europea. Las consecuencias del Brexit para el comercio con el resto de la UE han supuesto un aumento de los trámites administrativos (con sus consiguientes retrasos en las entregas) y una escasez de conductores debido a trabas en permisos de trabajo e inmigración.

Las cadenas de suministro también se han visto afectadas por la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el derivado conflicto armado. Así, hoy en día, estamos sufriendo un aumento del precio de materias primas (alimentos, fertilizantes y energía fundamentalmente), además de cierres temporales en el Mar Negro, incluyendo las limitaciones de coberturas de los aseguradores a los barcos en la zona.

Desajustes logísticos y demoras

Como fruto de lo mencionado anteriormente, en estos tres últimos años se han producido importantes desajustes logísticos. Algunas de las causas incluyen cambios en los patrones de consumo, repuntes rápidos y fuertes de la demanda, cierres drásticos por brotes de COVID19 o conflictividad laboral por encima de lo habitual en sector transportes y logística. Por ejemplo, a finales de 2021 en el puerto de Los Ángeles se encontraban fondeados esperando para descargar 115 barcos y había 115.000 contenedores vacíos esperando a ser retornados a Asia.

Los tiempos de entrega aumentaron y con ello el riesgo de daños, algunos de ellos excluidos de las pólizas. Sin embargo, esto no es óbice para que el siniestro ocurra, hablamos de daños a productos alimentarios y farmacéuticos, retraso en la puesta en marcha de proyectos por falta de suministros… Todo esto conlleva un aumento de la litigiosidad ente las partes implicadas y de la siniestralidad, al margen de que finalmente los siniestros tengan o no cobertura.

Inflación

Después de años con inflaciones cercanas al 0%, desde hace algo más de un año estamos sufriendo las mayores tasas en décadas en el mundo occidental. El principal problema para el tomador de la póliza es el infraseguro en el que puede incurrir en el transcurso de apenas un año. Otras consecuencias nada desdeñables son el aumento de la siniestralidad para los aseguradores de responsabilidad civil o para el caso de cláusulas de valor de reposición.

En un entorno impredecible, las empresas deben anticiparse a los retos futuros y estar preparadas para tomar medidas tempranas, especialmente cuando las circunstancias son inevitables. El papel del gestor de riesgos es un punto clave en esta situación y sus recomendaciones deben tenerse muy en cuenta. Ellos se ocuparán de los riesgos, coberturas y sumas aseguradas en las pólizas de las distintas líneas de negocio que puedas tener. Antes de que se produzcan interrupciones en la cadena de suministro, asegúrese de que su organización cuenta con un plan claro de continuidad de negocio. Identifique a los proveedores que les puedan ocasionar problemas, diversifíquelos y lleve a cabo lo debido. Vigile las sanciones y cómo pueden afectar a las operaciones en todo el mundo. Sepa cuándo activar los planes de continuidad de la actividad. Por encima de todo, desarrolle e invierta en relaciones a largo plazo.

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